lunes, 22 de agosto de 2016

Convivencia en pareja

¡Lunes! (Solo con escribirlo me pongo de buen humor). Comienzo de semana y un nuevo post titulado “Convivencia en pareja”, donde os voy a resumir el duro camino que conduce a la cohabitación con tu pareja y, una vez llegado a la meta, contaros lo que podréis encontrar allí , ¿hay algo mejor? Let´s go!

Antes de nada deciros que el camino será más o menos difícil según las características de la pareja. Si ésta tiene una nómina fija cada año será mucho más sencillo que si carece de ella. Y por supuesto estoy hablando de alquilar ya que lo de ser propietario de una vivienda hoy en día es algo bastante inalcanzable.

El problema que se presentan a la hora de buscar un sitio donde vivir es el dinero en todas sus formas. Las inmobiliarias se están haciendo con el poder, y para unos estudiantes con pocos recursos, acudir a ellas no es una opción. Luego están los particulares (que son pocos) que piden nómina, ¿en serio? Estoy empezando una carrera, mi pareja la ha terminado este año, ¿cómo quieres que tengamos nómina? Y bueno, mejor no entrar en lo que piden las empresas… experiencia. ¡Necesitamos trabajar para tener experiencia!

La búsqueda de tu piso ideal es un suplicio, y cuando crees que lo tienes se te adelantan al dar la señal, o simplemente el arrendador pasa de ti (¡para qué tenéis pisos en alquiler en páginas webs si luego pasáis de la peña!).
Un sinfín de complicaciones para las parejas que estudian.

Para las parejas principiantes en buscar piso, los pasos a seguir son:

  • No demorarse en buscar vuestro nuevo hogar. A principios de julio en la mejor fecha para empezar.
  • Asegurarse de que no os enamoráis de un piso llevado por una inmobiliaria, a no ser que el dinero no os preocupe.
  • No obsesionarse pero mirar todos los días los nuevos pisos en vuestras páginas webs favoritas, como idealista o enalquiler.
  • Llamar a los pisos que más os hayan gustado y concertar  una cita para poder verlo. Nunca hay que firmar sin antes leerlo, pues con los pisos igual, hay que cerciorarse de que las fotos no engañan.
  • Si os gusta habrá que dar una señal, según el arrendador, será un mes o algo significativo.
  • El siguiente paso será firmar el contrato y asegurarse de que si el piso lo devolvéis en perfecto estado, vuestra fianza será devuelta.
  • Y, ale, a hacer mudanza.


Pero no todo acaba aquí, más bien empieza…

Si vivir con un hermano es un suplicio, imaginad con vuestra pareja a la cual no le podéis dar un coscorrón cuando os saca de vuestras casillas. Es complicado, pero vale la pena compartir vivencias con la persona que amáis e ir superando y disfrutando del día a día. Como todo lo positivo a la vista está, hoy voy a contaros un poco los problemas que pueden aparecer, pero no para que no os vayáis a vivir con esa persona (ya que siempre van a surgir roces en la convivencia), sino para que podáis hacerles frente y llevar todo a buen puerto.

En mi caso particular, lo más difícil fueron los primeros meses ya que a mí me  cuesta adaptarme a las personas y me agobio con facilidad. Era una loba solitaria. También era más difícil por pasar de vernos una vez al mes a estar las 24 horas del día juntos (¡Agobio! ¡Agobio!). Además de eso, yo soy una persona de… digamos que soy bastante desconfiada y me baso en testimonios cercanos para luego creer que la persona que estoy conociendo no se está mostrando realmente como es. Por ello al mínimo fallo, defecto, error de la persona me cuesta seguir adelante, ya que creo que ya está saliendo el monstruo que en realidad tiene dentro. (Me estoy planteando escribir un libro o ser guionista). Pues bien, me fui acostumbrando a las manías de la otra persona y aprendí a respetar su manera de hacer las cosas, claro que hablar sobre lo que te pasa para que no se te forme un quiste ayuda bastante.

De lo que difícilmente podemos huir es de las discusiones, pero sí podemos conseguir que no duren días, ¿cómo? Dejando de lado el orgullo que no deja dar el brazo a torcer. Por otro lado la comunicación es muy importante, deberíamos decirle al otro como nos sentimos aunque no te lo pregunte, aunque seas pesado/a, ya que de esa manera puede llegar a entenderte. Y, también, decir lo que nos molesta, siempre de manera asertiva, para que la otra persona pueda intentar cambiarlo si es un hábito (dejar la cama sin hacer, comer con la boca abierta, hacer ruido por las mañanas, dejar el baño lleno de pelos...), o simplemente hablar sobre ello si forma parte de la personalidad, porque no vamos a intentar cambiar a nadie. Sin embargo, podemos ser un poco más tolerantes e intentar que haya un término medio. Además, tampoco hay que refugiarse en que algo forma parte de nuestra forma de ser y por ello no vamos a cambiarlo, ya que siempre se puede moldear y mejorar. Yo soy muy orgullosa y puedo serlo mucho menos manteniendo mi personalidad, por ejemplo.

Una gran necesidad para los que compartimos piso con nuestra pareja es tener tiempo para nosotros. No seamos cual lapa con las ballenas porque al final nos agobiaremos. Necesitamos un tiempo para nosotros mismos, nuestros amigos y disfrutar de nuestros propios hobbies, de esta manera tendremos más de qué hablar con nuestro novio/a al finalizar el día.

Si tenéis paciencia, sois tolerantes y lo habláis prácticamente todo, la convivencia saldrá adelante. Nadie dijo que fuese fácil.



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